
Un golpe en la cabeza contra la puerta y empieza a sonar esa machacada canción que habla de que los chicos no lloran, y entonces aparece tu fantasma, se olvida el dolor aunque sigo sangrando ligeramente. Necesito otro golpe más y luego sentarme en la roja y brillante escalera de esta casa, cuanto hemos hablado ya, cuanto hemos fumado ya, tanto que debemos seguir haciendolo...
de adicciones se trata ...
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